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Sanar a otros es regresar a nuestro ser


Los Kung son cazadores recolectores que habitan el desierto del Kalahari en Africa.


Poseen un sistema de sanación único y maravilloso. Quizás, fueran así las primeras prácticas de sanación, las mas antiguas, ya que se considera a este grupo humano el mas representativo de nuestros primeros pasos como especie.


Lo que tiene de especial ese sistema terapéutico es que en la cultura Kung no existe el rol del sanador. Nadie ejerce -en forma específica o exclusiva- la tarea de curar. Todos son sanadores.


La situación se desarrolla de la siguiente manera. Cuando alguien necesita curarse, se organiza una danza ceremonial de sanación. Durante la danza, cualquiera de los asistentes puede sentir la activación de su energía sanadora, la que llaman num, o - sencillamente- «energía espiritual».


En cuanto el num se activa por el calor de la danza, se vuelve vapor y se eleva hasta alcanzar las dimensiones no materiales de la realidad, adquiriendo así su portador el poder para sanar a quien lo necesite.



De esa manera, cualquiera de los que están participando en la danza puede convertirse -en ese momento-, en el agente de sanación. Y canaliza esa energía hacia quienes lo necesitan. En forma espontánea y natural.


Existe una palabra muy hermosa entre los Kung cuando hablan de este tema. Esa palabra es hxabe. Significa «ser auténticamente uno mismo«.


Ellos dicen «quiero danzar, para volver a mi hxabe»¨. Quieren decir: «quiero abrirme a la energía sanadora y entregarla a quien la necesite para volver a ser auténticamente yo mismo».


Un sentimiento y una experiencia que -seguramente- todos los sanadores del mundo comparten.


Flavia Carrión

(Publicado originalmente en el antiguo blog de Espiritualidad Natural el 1/2/2016.

Información académica sobre este tema Accepting "Boiling Energy": The Experience of !Kia-Healing among the !Kung. Richard Katz

Ethos, Vol. 10, No. 4)

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